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Blas Casares, maestro alfarero: cinco generaciones de ceramistas que preservan el tiempo

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Blas Casares ha dedicado 30 años de su vida a la cerámica tradicional granadina. En su estirpe familiar se encuentra el propósito de un auténtico Maestro del Tiempo: poner en valor la artesanía local y preservar todo su legado.

Por Esther Morales

No hay tiempo mal invertido cuando se trata de preservar un legado. Es un proceso constante, sin prisa, que se hace desde el amor a una ciudad y su Patrimonio, pero también a las técnicas que han marcado toda una vida dedicada al trabajo de la cerámica Fajalauza

 

Es el regalo que Blas Casares, uno de los dos hermanos que regentan la Alfarería Hermanos Casares, ha recibido a través de cinco generaciones de alfareros. Todos ellos, Maestros del Tiempo, como aquellos a los que rinden homenaje Cervezas Alhambra y Alhambra Reserva 1925 en la nueva campaña, han dejado mella sobre su dedicación a un oficio único, con un esfuerzo innegable por traer hasta nuestros días piezas que mantienen la misma esencia que las elaboradas hace cinco siglos. 



 

Un tiempo en el que la ciudad de Granada ha cambiado por completo, pero no así todo el espíritu que inspira a Blas, también experto en elaboración de piezas destinadas a la restauración de monumentos. “Granada es un trozo de historia: rincón por el que pasas, rincón que tiene memoria”, explica.

<p class="MsoNormal" style="text-align:justify;"><span lang="es">No hay tiempo mal invertido cuando se trata de preservar un legado. Es un proceso constante, <strong>sin prisa</strong>, que se hace desde el amor a una ciudad y su Patrimonio, pero también a las técnicas que han marcado toda una vida dedicada al trabajo de la <strong>cerámica
Fajalauza</strong>.&nbsp;</span></p>

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<p class="MsoNormal" style="text-align:justify;"><span lang="es">Es el regalo que <strong>Blas Casares</strong>, uno de los dos hermanos que regentan la <a href="https://alfarcasares.wixsite.com/alfarcasares" rel="noopener noreferrer" target="_blank"><span style="color:#1155CC;">Alfarería Hermanos Casares</span></a>, ha recibido a través de cinco generaciones de alfareros. Todos ellos,&nbsp;</span><a href="https://www.alhambra.dev.es3digital.com/es/maestros-del-tiempo" rel="noopener noreferrer" target="_blank"><span lang="es"><strong><em>Maestros del Tiempo</em></strong></span></a><span lang="es">, como aquellos a los que rinden homenaje <a href="https://www.alhambra.dev.es3digital.com/es" rel="noopener noreferrer" target="_blank"><span style="color:#1155CC;">Cervezas Alhambra</span></a> y <a href="https://www.alhambra.dev.es3digital.com/es/nuestras-cervezas/alhambra-reserva-1925" rel="noopener noreferrer" target="_blank"><span style="color:#1155CC;">Alhambra Reserva 1925</span></a> en&nbsp;</span><a href="https://www.youtube.com/watch?v=LuupW4LwQUk" rel="noopener noreferrer" target="_blank"><span lang="es">la nueva campaña</span></a><span lang="es">, han dejado mella sobre su dedicación a un oficio único, con un esfuerzo innegable por traer hasta nuestros días piezas que mantienen la misma esencia que las elaboradas hace cinco siglos.&nbsp;</span></p>

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<p class="MsoNormal" style="text-align:justify;"><span lang="es">Un tiempo en el que
la ciudad de Granada ha cambiado por completo, pero no así todo el espíritu que
inspira a Blas, también experto en elaboración de piezas destinadas a la
restauración de monumentos. “<strong><em>Granada es
un trozo de historia:&nbsp;</em></strong><em>rincón por el que pasas, rincón que tiene memoria</em>”,
explica.</span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;"><span lang="es">No hay tiempo mal invertido cuando se trata de preservar un legado. Es un proceso constante, <strong>sin prisa</strong>, que se hace desde el amor a una ciudad y su Patrimonio, pero también a las técnicas que han marcado toda una vida dedicada al trabajo de la <strong>cerámica
Fajalauza</strong>.&nbsp;</span></p>

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<p class="MsoNormal" style="text-align:justify;"><span lang="es">Es el regalo que <strong>Blas Casares</strong>, uno de los dos hermanos que regentan la <a href="https://alfarcasares.wixsite.com/alfarcasares" rel="noopener noreferrer" target="_blank"><span style="color:#1155CC;">Alfarería Hermanos Casares</span></a>, ha recibido a través de cinco generaciones de alfareros. Todos ellos,&nbsp;</span><a href="https://www.alhambra.dev.es3digital.com/es/maestros-del-tiempo" rel="noopener noreferrer" target="_blank"><span lang="es"><strong><em>Maestros del Tiempo</em></strong></span></a><span lang="es">, como aquellos a los que rinden homenaje <a href="https://www.alhambra.dev.es3digital.com/es" rel="noopener noreferrer" target="_blank"><span style="color:#1155CC;">Cervezas Alhambra</span></a> y <a href="https://www.alhambra.dev.es3digital.com/es/nuestras-cervezas/alhambra-reserva-1925" rel="noopener noreferrer" target="_blank"><span style="color:#1155CC;">Alhambra Reserva 1925</span></a> en&nbsp;</span><a href="https://www.youtube.com/watch?v=LuupW4LwQUk" rel="noopener noreferrer" target="_blank"><span lang="es">la nueva campaña</span></a><span lang="es">, han dejado mella sobre su dedicación a un oficio único, con un esfuerzo innegable por traer hasta nuestros días piezas que mantienen la misma esencia que las elaboradas hace cinco siglos.&nbsp;</span></p>

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<p class="MsoNormal" style="text-align:justify;"><span lang="es">Un tiempo en el que
la ciudad de Granada ha cambiado por completo, pero no así todo el espíritu que
inspira a Blas, también experto en elaboración de piezas destinadas a la
restauración de monumentos. “<strong><em>Granada es
un trozo de historia:&nbsp;</em></strong><em>rincón por el que pasas, rincón que tiene memoria</em>”,
explica.</span></p>

Es la misma ciudad en la que, hace casi cien años, los maestros cerveceros de Cervezas Alhambra consiguieron dar con la fórmula de Alhambra Reserva 1925. Precisamente, siguiendo las mismas premisas que ha aplicado la estirpe familiar de Blas Casares, conscientes de que la clave de todo lo que merece la pena requiere su tiempo. “Con prisa condenas a la pieza a que no salga bien”, revela el artesano, en cuyas manos y saber hacer se halla un apasionante relato sobre su familia, la historia de la ciudad y, por supuesto, sobre sus Momentos Alhambra.

Cinco generaciones de artesanía (sin prisa)

Blas y Roberto Casares son los dos hermanos que dedican su tiempo y su creatividad a la elaboración de cerámicas en la Alfarería Hermanos Casares. “Somos la quinta generación de alfareros que tenemos documentada, aunque no sabemos o no hemos podido rescatar quién transmitió el oficio a nuestra familia”, relata. “Mi bisabuelo comenzó en los años 30 a hacer restauraciones de iglesias y conventos, elaborando tejas, ladrillos y celosías”.


Todos esos encargos -meramente circunstanciales- para el mantenimiento de edificios, fueron también el origen de una nueva manera de concebir la profesión. De entender que, con tiempo, con pasión y con dedicación, el bisabuelo de Blas podía dedicar sus días a lo que más le gustaba. “Se dio cuenta de que hay piezas y materiales que son más gustosos. Se gastaba menos energía, se disfrutaba más, tenían más valor… A partir de ahí es cuando empieza a trabajar la alfarería tradicional granadina”.


Blas, que ahora tiene 58 años, nace entonces en una casa de alfareros. Un hogar repleto de Maestros del Tiempo, en el que el legado se transmite de padres a hijos, pero también de artesano a artesano. “Mi padre me aportó y me enseñó todo lo que sabemos de alfarería. Como mi bisabuelo no era alfarero, se percataron de que hacía falta hacer algo para gastar menos kilos de barro. Es entonces cuando trajeron a un maestro alfarero de Sevilla, que venía aquí y trabajaba, o acogía en su taller a mi padre y mi abuelo para que aprendieran”, relata.


Es, en sí, la historia de vida de cualquier artesano, que siempre se junta con los mejores y que invierte todo el tiempo que sea necesario en el dominio de la técnica. Concretamente, un total de 30 años en los que Blas ha podido trabajar con su padre, pero también con compañeros de profesión de todo el país, con los que coincide en ferias y exposiciones. Oportunidades únicas para compartir impresiones, intercambiar conocimientos y dar a conocer, aún más, la cerámica Fajalauza a la que está tan ligada su familia.

Fajalauza, una cerámica de extrarradio

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En el curso del tiempo, también las pausas son necesarias. Son las que nos obligan a comenzar de nuevo, a retomar lo empezado o a replantearnos lo que hacemos. Cuenta Blas que la cerámica Fajalauza, de origen morisco, está relacionada con la puerta norte de la ciudad.La alfarería era un oficio que generaba mucho humo y molestaba a la gente. Por eso movieron toda la industria alfarera del centro al extrarradio”. 


Esta pausa en la actividad, la de hace cinco siglos, es la que llevó a los artesanos de su tiempo a dar una identidad propia a este tipo de cerámica. Hoy, un bien preciado por entes restauradores, pero también codiciado por varias generaciones de andaluces, que conocen el valor de su historia, su legado y del tiempo invertido por las manos artesanas en su elaboración. 


Antes, las piezas de cerámica eran artículos de uso más cotidiano y doméstico. Por ejemplo, cuando la gente se casaba, venían a comprar la vajilla de alfarería. Sin embargo, nosotros miramos más a la retaguardia que a la vanguardia”, relata Casares, en relación al interés que ha desarrollado con los años por preservar el patrimonio artesano. “Hay muchos hornos modernos, muchos esmaltes y técnicas que están en internet. Pero a la hora de hacer una pieza tradicional, una pieza que sale de La Alhambra o de un parque de excavación, se necesita una investigación para saber cómo se hizo, como se coció o el tipo de arcilla que se utilizó. Eso es lo que nosotros buscamos actualmente”. 


Este es un tipo de ‘deformación profesional’ que los ceramistas llevan por bandera: el interés por la investigación de los orígenes y tradiciones de antaño. Sin prisa. Porque, como explica Blas Casares, “si queremos que una restauración salga perfecta, hay que dedicarle tiempo (y un ‘poquito’ más). Además, es un tiempo que te relaja y te da vida”. 

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El camino de un legado atemporal


Sobre el papel, Blas tiene muy claros los tiempos que invierte en cada pieza y por qué está ahí el auténtico valor de su trabajo. Además de lo invertido en aprendizaje e investigación, explica Blas que en una pieza no invierte solo los 10 minutos de torno. “Hay que dejar 24 horas de espera, vigilar que no se seque, usar otros 10 minutos en la base, volver a esperar dos o tres días, hacer el asa, pegarla… En total, dedicamos unos 15 días en desarrollar cada pieza”.


Más de dos semanas poniendo su empeño en aquello a lo que ha dedicado toda una vida. También, años suficientes para observar cómo ha ido cambiando el interés de varias generaciones en torno a la alfarería granadina o árabe. “Antes solía gustar a personas de 50 años en adelante, pero ahora está pasando algo muy curioso. Los más jóvenes están dándole valor porque prefieren beber el agua en jarra o en vaso de cerámica y no recurrir a los plásticos, que son más contaminantes”.


Toda una reinvención del concepto de sostenibilidad, que las nuevas generaciones llevan por bandera, y que se pone en práctica, precisamente, por medio de objetos tradicionales como las piezas de cerámica Fajalauza. ¿Acaso hay una muestra más clara del poder atemporal de la artesanía?

Alhambra Reserva 1925 y Granada: una fuente de inspiración

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Detrás de la crónica familiar de Alfarería Hermanos Casares se encuentra también un negocio que vive Granada como toda una fuente de inspiración. Nada extraño, teniendo en cuenta la impresionante muestra de cultura que se forja desde cada uno de sus edificios, rincones o tradiciones.


Supongo que a todos los que vivimos aquí nos gusta Granada y, además, este oficio nos permite apreciar la ciudad. También a los que hacen taracea, los que hacen canastas o los que trabajan el hierro”, expone Blas, evidenciando la relación milenaria entre la ciudad y su artesanía.


La misma conexión con la urbe que sigue inspirando a Cervezas Alhambra y a su buque insignia, Alhambra Reserva 1925. Una variedad que es fruto de un largo proceso de investigación en el que los maestros cerveceros, sin prisa, descubrieron las bondades de la fermentación lenta en pos de una experiencia organoléptica inigualable. La misma premisa de documentación, tiempo y paciencia a la que Blas Casares recurre en su día a día para obtener el mejor resultado.


Porque Granada no sería lo mismo sin sus artesanos y Alhambra Reserva 1925 no sería igual sin esa inspiración y riqueza cultural. La misma que lleva a Blas a vivir sus propios Momentos Alhambra, recorriendo sus calles y sumando a su recorrido la magia de cada instante. “A veces paseo por la calle San Juan de los Reyes, que es una de las más antiguas de Europa y es muy ‘estrechita’. Pienso en cómo la hicieron hace 3.000 años y me doy cuenta de que es una de las mejores calles de Granada”.


Y es que, para Blas, no hay ninguna ciudad como la suya. Él mismo relata que también ha sido de esas personas con ansias de viajar, pero su amor por la ciudad le hace regresar siempre. “Vuelvo a Granada y me apetece hacer lo mío, disfrutar un domingo por la mañana con un paseo y tomar una cerveza en un bar. Mejor que esto no hay nada”, recalca Casares. Planes sin prisa, para absorber lo mejor de la ciudad y dejar la puerta abierta a este y muchos más Momentos Alhambra que están siempre por llegar.

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