Una ruta por paraísos, naturales y gastronómicos, que nos ofrece una cocina con raíces, conectada al mar y a la tierra
Por Teresa Morales
En Bilbao se come muy bien, todo el que pasa por la ciudad lo confirma, pero los maravillosos entornos naturales que rodean la ciudad también son una oportunidad para degustar los platos más deliciosos y sorprendentes.
Desde el típico pintxo a los platos de un tres estrellas Michelin como el restaurante Azurmendi, de Eneko Atxa, que va a ser nuestro anfitrión en este tour gastronómico de 24 horas por el corazón de Vizcaya. Forma parte del grupo de chefs asociados con Cervezas Alhambra, y comparte con la casa granadina esa pasión por convertir cada momento en una experiencia única, poniendo atención a cada pequeño detalle.
Según cuenta, su cocina se inspira mucho en el territorio, en sus productos, y esta es una zona privilegiada en la que la cercanía con el mar y la montaña conforman una despensa fascinante.
Eneko Atxa define la gastronomía como "un lenguaje universal, que habla de quiénes somos, de dónde venimos, a dónde queremos ir...". Un viaje que se compone de todos los instantes vividos, al que hoy sumamos un recorrido que es un auténtico festival para los cinco sentidos.
Bar Rotterdam: un imprescindible del Casco Viejo de Bilbao
Empezamos nuestro día callejeando por el Casco Viejo de Bilbao, hasta llegar a la Fuente del Perro, un símbolo misterioso de la ciudad, creado en 1800, que luce tres leones. ¿Por qué entonces se llama así? Dicen que los bilbaínos y bilbaínas de aquella época se rieron del aspecto del primer león de la fuente, diciendo que parecía más un perro que un león, y de ahí su nombre, aunque eso hoy ya no es posible confirmarlo.
Lo que sí se puede hacer, justo al lado, es disfrutar de la excelente cocina casera del Bar Rotterdam. Una taberna con mucha solera abierta desde 1972, en la que disfrutar de los pintxos de siempre y de unos riquísimos guisos hechos en cazuelita de barro, con todo el tiempo necesario y mucho cariño.
Tiempo, ese ingrediente tan importante que también es clave en la elaboración de Cervezas Alhambra y que consigue que cada una de sus creaciones sea única.
Como Alhambra Reserva 1925, una reinterpretación del estilo Amber Lager, de carácter intenso y con mucho cuerpo, perfecta para combinar con todo tipo de tapas y aperitivos. Las populares croquetas de jamón del Bar Rotterdam potencian la cremosidad de su espuma y ese contrapunto ligeramente amargo, ideal también para acompañar tanto una cazuelita de albóndigas como otra de bacalao al pil pil, de pimientos asados o de patas guisadas. Elecciones para empezar a mojar pan y no parar. Pero sigamos con nuestro recorrido...
Restaurante Garena o cómo partir de la tradición para innovar y sorprender
Un caserío, o en euskera, baserri, es mucho más que una construcción tradicional inmersa en un hábitat rural. Un caserío es historia, es tradición, es la sabiduría que traspasa generaciones, y que, al igual que las fórmulas de los maestros cerveceros de Cervezas Alhambra, nace de las raíces, la dedicación y el esfuerzo.
Todo eso forma el espíritu del restaurante Garena, situado en Lamindao, nuestra siguiente parada para comer. Un entorno privilegiado en el que resplandecen todos los tonos de verde, que solo se ven interrumpidos por el color de la madera y la piedra.
Aquí encontraremos platos con identidad propia, innovadores y llenos de frescura, pero que no han perdido de vista las bases de la cocina típica de la zona; buen producto, brasas, buenos caldos y guisos reconfortantes.
Cocina de vanguardia que se nutre de las costumbres y la gastronomía de los caseríos vascos, con propuestas estimulantes, inspiradoras, de las que dejan huella en el paladar y en el recuerdo. Y como muestra, la receta que probamos junto a Eneko Atxa, que tiene como protagonista a la arbigara, un delicado tallo con flor que aparece entre las hojas del nabo y que se considera un manjar.
En el restaurante Garena lo preparan acompañado de papada de cerdo, cigala y caldo de carne. Una delicia de texturas y sabores, que maridamos con una Alhambra Reserva 1925. Felicidad en estado puro.
Un atardecer con vistas espectaculares en el Bar Atxarre
La Reserva de la Biosfera de Urdaibai ofrece un espectáculo de belleza digno del síndrome de Stendhal. El tiempo se detiene, la mirada se despierta y el paisaje nos envuelve y nos enamora al contemplar la playa de Laida, desde la terraza del Bar Atxarre.
Una playa de arena dorada, que cambia de forma según la marea y se refleja como un espejo, mientras saboreamos algunas de las magníficas opciones de su carta de pintxos, bocadillos y raciones. Eneko Atxa ponía así en palabras su valoración:
“El mejor pintxo de tortilla que he probado ha sido el del Bar Atxarre. En uno de los parajes más maravillosos del mundo, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, el Bar Atxarre prepara pintxos muy ricos, entre ellos el de tortilla, extraordinario por su jugosidad y textura.”
A veces, lo más sencillo puede ser lo más extraordinario, y un simple pintxo de tortilla, acompañado de una Alhambra Reserva 1925 bien fría, nos llena de alegría el paladar y el alma. Materia prima de calidad, productos frescos y de temporada, y unas vistas panorámicas que se quedan para siempre en el recuerdo. Una parada que al igual que las diferentes variedades de Cervezas Alhambra, evoca todo un mundo de sensaciones.
Cena en Azurmendi, conectando con la naturaleza y el placer
El broche de oro de este día con Eneko Atxa lo pone la cena en su restaurante Azurmendi, situado a las afueras de Bilbao y rodeado de montañas, viñedos y bosque. Un paisaje bucólico que se mimetiza con las plantas, árboles y cultivos que encontramos en este tres estrellas Michelin, que también fue nombrado en 2018 el restaurante más sostenible del mundo por The World’s 50 Best Restaurants.
Una sostenibilidad que comparte con Cervezas Alhambra la apuesta por lo local y las materias primas de cercanía, de la montaña y del mar, confiando en lo tradicional sin renunciar a las tecnologías y la innovación. El entorno forma parte de Azurmendi, no solo como una mera decoración, sino marcando el pulso de una experiencia en la que la naturaleza está siempre presente.
En la cocina de Eneko cada mañana vuelven a empezar. Cada día es una oportunidad de aprender, mejorar y renovar ese merecido reconocimiento que hace sus platos tan especiales. Una forma de trabajar que nos enseña la importancia de parar para dejarnos llevar por los aromas, sabores y colores de cada una de sus propuestas. Parar para que lo que estamos viviendo no se pierda, y lo disfrutemos en toda su intensidad.
En Azurmendi desafiamos al paladar probando un plato tan exquisito como original: quisquillas con gel vegetal y granizado de tomate, que maridamos con una Cerveza Alhambra con cacao y piel de naranja, de la serie Las Numeradas. Una cerveza de cuerpo contundente, espuma cremosa y un final levemente ácido que potencia todos los matices y contrastes de esta receta.
Si el placer pudiera capturarse en un momento, sin duda sería este. Y con él nos despedimos de una jornada en la que hemos descubierto lugares fantásticos y nos hemos dejado llevar por ese sexto sentido que es el tiempo. Y el tiempo, como recompensa, ha desplegado para nosotros toda su magia.
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