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El bailarín que quiere que sientas su arte (no que lo entiendas)
Emocionar sin palabras y con solo un elemento, la danza. Es el propósito del polifacético bailarín Sergio Bernal, uno de los más influyentes de la escena nacional e internacional.
Cuando a Carmen Werner, Premio Nacional de Danza 2007, le dicen que la danza no se entiende, tiene la buena costumbre de responder “¿pero tú entiendes la vida?”. Se asemeja por completo con la visión de su colega de profesión, el bailarín madrileño Sergio Bernal, uno de los más polifacéticos y aclamados de la escena actual.
Para él, el arte es algo que se tiene que sentir y no comprender. Lo ha aprendido tras su paso por importantes escenarios internacionales, galas y compañías, pero también como figura al frente del proyecto artístico que lleva su nombre, la Sergio Bernal Dance Company.
La suya es la historia de un prodigio que ya descubrió el poder de la danza para emocionar en sus años de conservatorio. Desde entonces, por su repertorio han pasado estilos como el flamenco, el ballet clásico o el contemporáneo, donde su pulida técnica se ha convertido en su mejor baza para conquistar al público. Mucho más que un cisne de su tiempo que hoy tiene un claro objetivo: hacer que las artes escénicas made in Spain tengan el reconocimiento que merecen.
Todas las danzas de Sergio Bernal
Pocos artistas de la danza tienen una agenda tan apretada como la de Sergio Bernal. Un día en Roma, otro en Madrid, otro en Nueva York y, entre tanto, algún que otro encuentro con iconos y estrellas del ballet como Mijaíl Barýshnikov, Daniil Simkin, Lucía Lacarra o Marianela Núñez.
Toda una vida de ensueño para un bailarín que ha corrido la suerte que solo experimentan los más grandes de su profesión. De hecho, cuando su madre decidió apuntarle a él y a su hermano gemelo a clases de flamenco y sevillanas, seguramente no podía imaginar que Sergio terminaría viviendo de un talento innato para el movimiento.
Pero no fue hasta su llegada al Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma cuando Bernal tuvo la oportunidad de conocer la variedad de danzas que hoy le acompañan. Descubrió la disciplina de la danza clásica, la libertad del contemporáneo y, por supuesto, el rico repertorio de la danza española, con variantes únicas en el mundo como la escuela Bolera, la danza estilizada, el flamenco o las danzas folklóricas.
Tras su entrada en el Ballet Nacional de España -único en su especie por dedicar todo su trabajo al fomento de la danza española en todas sus formas-, apenas tuvieron que pasar cuatro temporadas para que Sergio Bernal se alzara como primer bailarín de la compañía.
Este templo de guitarras, mantas de cola y zapatos de tacón se convirtió en su casa hasta que, en 2019, el artista decidió poner en marcha la Sergio Bernal Company junto al director y coreógrafo Ricardo Cue. Y ha sido a través de las creaciones de su propio proyecto -y de multitud de eventos internacionales en los que es ya un asiduo-, donde el bailarín descubrió que su valor está en la variedad y que, al combinar los diferentes estilos, obtendría la habilidad de conectar con el gran público.
De ‘Apollo’ al ‘Bolero’: un repertorio para conmover
El movimiento de su cuerpo es el secreto que tiene Bernal para emocionar a espectadores que no necesariamente tienen que conocer el mundo de la danza. Es el gran reto de su sector y, también, una de las razones que llevaron a Bernal a conectar con Joaquín de Luz, el exbailarín del New York City Ballet que hoy dirige la Compañía Nacional de Danza.
Ambos tienen la misma pasión por el lado más clásico del ballet y, al mismo tiempo, admiración por los iconos y símbolos de la cultura española. De hecho, los dos colaboraron por primera vez en el espectáculo ’Una noche con Sergio Bernal’, que hace un recorrido a través de la música y las coreografías del repertorio español, con menciones al ‘Sombrero de tres picos’, de Manuel de Falla, o al ‘Bolero’, de Maurice Ravel, uno de los más representados en el entorno de la danza.
Pero esta colaboración entre los dos artistas también dio lugar a un hito, que fue la conversión de Bernal en el primer ‘Apollo’ español, bajo la invitación de Joaquín de Luz. Se trata de una de las coreografías más representativas del estilo de George Balanchine, que creó esta pieza en 1928 para los Ballets Rusos de Diaghilev y que todavía hoy sigue emocionando por su minimalismo, sus elegantes líneas y su imaginario inspirado en la mitología griega.
Por su parte, Sergio prosigue su andadura con otras producciones propias, como ’Rodin’, basado en las formas del escultor francés; o ’Ser’, una propuesta escénica en la que el bailarín muestra todas sus facetas con música de Vivaldi, bulerías y un toque de Beyoncé.
Sin duda, el programa que mejor muestra los diferentes mundos del artista, recientemente galardonado con el Premio Talía al Talento Emergente. El bailarín se ha propuesto dejar huella a través de su talento y, por efímera que sea la danza, con sus pliés, tendus, castañuelas y taconeos, Bernal lo está consiguiendo.
Imágenes | Olga Balakleets, Alba Muriel (CND) y Sergio Bernal Dance Company
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