El arte de la caligrafía se recupera para vivir un bonito momento de gloria
Por Isabel Sauras
En la línea de recuperar las buenas costumbres y los oficios olvidados, nos detenemos en el arte de la caligrafía que, en el reinado de las pantallas, ha conseguido hacerse con un sitio de honor y vive un tiempo de auge unida al concepto de lettering.
La esencia del arte de la caligrafía es muy antigua, ya que data de las primeras civilizaciones, desde Egipto a Roma. Hubo un tiempo en el que la caligrafía era un oficio sagrado, solo reservado a unos pocos artistas privilegiados, primero cincelando la piedra y pasando después a usar las primeras plumas y tintas. El oficio resurgió con mucha fuerza en el siglo XIX gracias a personalidades como la de Edward Johnston o Rudolf Koch, que revolucionaron las imprentas con la invención de sus propias familias tipográficas y son considerados en muchos círculos como los padres de la caligrafía moderna.
En la actualidad, el gusto por las letras bonitas y el arte de escribir a mano ha dado un salto gracias a la tecnología y cautiva a amantes de la estética cuidada de todas las edades, no solo por su belleza, sino por lo gratificante que resulta elaborar trabajos de gran precisión. Junto a la caligrafía, la cuestión más técnica y formal, ha surgido en los últimos tiempos el concepto de lettering, enfocado más al diseño de letras o el ‘arte’ de dibujarlas, en términos de forma y color y con una normativa menos estricta, pero con el mismo interés en mantener y actualizar un oficio manual tan importante.
Cervezas Alhambra cuenta con una larga trayectoria de apoyo incondicional a los creadores y de amor por los oficios tradicionales. Hay algo muy espiritual en los trabajos manuales, que requieren paciencia y humildad, que se trabajan sin prisa desde el cariño y cuya sabiduría se transmite de padres a hijos generación tras generación. Ocurre con la caligrafía, que eleva la acción de escribir a otra dimensión y también ocurre con el arte de crear cerveza siguiendo los procesos de elaboración tradicionales.
El arte de la caligrafía en España
En pleno auge de esta disciplina, son muchos los artistas y diseñadores destacados de nuestro país que nos deleitan con virguerías basadas en la caligrafía creativa en forma de preciosos libros, cuadernos de trabajo o de viaje o en sus versiones digitales. Además, la caligrafía y el lettering son conceptos muy habituales hoy en día en el universo del marketing y un reclamo muy importante en materia de publicidad, empaquetados y redes sociales por su enorme atractivo visual. Lo hecho a mano está en auge y la caligrafía está de moda.
En el olimpo de los grandes ilustradores dedicados al arte de la caligrafía y el lettering resuenan con fuerza algunos nombres de artistas españoles que traspasan fronteras. Es el caso de diseñadores de la talla de Iván Castro (que impartió un taller con Cervezas Alhambra), Joan Quirós, Félix Rodríguez, Oriol Miró, Marta Velázquez, David Milán o Inés Señas. Todos destacan por haber conseguido crear un estilo propio y por haber encontrado un importante hueco en este resurgimiento del gusto por las letras.
5 consejos para aprender caligrafía
Más allá de entender que la caligrafía es un arte y, como tal, requiere tiempo, esfuerzo y técnica, estos son algunos consejos para iniciarse en el oficio por el simple placer de crear con las manos y poner en valor el arte.
- Hacerse con el material adecuado, para empezar bastará con emplear elementos de precio medio. El material adecuado: plumilla, pluma, tinta, papel, agua y papel absorbente.
- Los tutoriales que ofrece internet son siempre un recurso magnífico para dar los primeros pasos. Después es muy recomendable apuntarse a un buen curso para ampliar conocimientos, practicar y corregir errores. No importa si el curso es online o presencial.
- Los expertos en el oficio aseguran que la mejor forma de comenzar a familiarizarse con el arte de la caligrafía es con el uso de plantillas y practicando el abecedario desde el principio hasta el final. Después habrá tiempo para dar rienda suelta a la creatividad.
- Practicar, practicar y practicar. Lo ideal es empezar por trazos sencillos y, poco a poco, educar la muñeca para complicar el dibujo basándose en el ductus, o lo que es lo mismo, la secuencia, el número y la dirección de los trazos.
- Mantener la calma y no tener prisa. La caligrafía es mucho más complicada de lo que se piensa y es un arte que requiere tiempo, pericia y mucha paciencia.
Imágenes | Iván Castro, Oriol Miró
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