El sabor del verano, en su versión más artesanal. Todo un pretexto para hacer un alto en el camino y regalarnos un momento.
Por Esther Morales
Tan caprichosos somos los humanos que siempre buscamos lo que no tenemos. El frío del que nos escapamos en invierno es nuestra sensación favorita cuando llega el calor del verano. Un frío que a veces se presenta en el paladar en forma de caña de Cervezas Alhambra, pero que también disfrutamos con nuestro postre favorito de la temporada: el helado.
Decimos postre por ceñirnos a la norma, porque este manjar dulce y cremoso es tan adictivo que seguro que más de uno lo tomaría incluso como desayuno (y como merienda, como cena, como tentempié…).
Este no es un frío de esos que, en el fondo, queman. Es un frío que activa nuestro sentido del gusto con todo su abanico de sabores, pero también el del tacto, con una textura suave que se funde lentamente en nuestra boca. También es un frío que respeta la tradición, con recetas artesanas capaces de destacar los sabores más inesperados, como hacen los maestros cerveceros de Cervezas Alhambra cuando extraen matices tostados, afrutados, amargos y equilibrados en sus diferentes variedades.
El helado es un símbolo del verano y nuestra geografía presume de multitud de pequeños negocios artesanos dedicados a este manjar. Lugares en los que merece la pena hacer un desvío momentáneo y una parada -sin prisas- para deleitarse con sus irresistibles sabores.
Heladerías Linares (Valencia)
La tradición heladera de Valencia en indiscutible y negocios como las Heladerías Linares demuestran que no hay límites cuando se trata de desarrollar nuevos sabores. Entre sus opciones estrella se encuentran, por supuesto, los de leche merengada, tarta San Marcos y turrón de Jijona, que rescata el gusto del dulce navideño más popular de la zona y lo trae hasta nuestros veranos.
Un sabor de siempre elaborado a base de almendras, que incluso podemos añadir a algún postre sólido como un bizcocho y maridar con Alhambra Reserva 1925, que casa muy bien con el sabor tostado del fruto seco más navideño. ¿Quién dice que la cerveza no puede combinar con un buen dulce? Y si es con el toque artesano de Linares, el combo será todo un acierto.
Dellasera (Logroño)
Si de evitar las altas temperaturas se trata, nada como escaparse al norte durante el verano. Logroño puede convertirse en un estupendo destino para las vacaciones estivales, tanto por sus múltiples atractivos turísticos como por su excelente oferta gastronómica. Prueba de ello es Dellasera, una heladería artesanal regentada por Fernando Sáenz, conocido como el chef del frío.
En su talento para combinar los sabores se encuentra la clave de este negocio, que cambia su carta según la temporada y en el que podemos encontrar elaboraciones como helado de piña asada, de queso de cabra de Ortigosa con arándanos, de mazapán riojano o de frambuesas al vinagre balsámico de Haro. Desde luego, una parada obligatoria para los apasionados del helado.
La Perla (Granada)
En la ciudad del origen de Cervezas Alhambra también podemos encontrar auténticos templos del helado, como es el caso de La Perla, que presume de sabores cien por cien naturales y artesanos desde 1932. Sus opciones no son solo para tomar en el momento, sino que también se pueden encontrar tarrinas de la marca en diferentes establecimientos. Perfectas para comprar y tomar en casa.
Sabores como la trufa de chocolate forastero africano o el chocolate elaborado con habas de cacao criollo de Venezuela son muy buenas elecciones para combinar con Alhambra Baltic Porter y sus notas tostadas y ahumadas. Incluso, podemos incorporar también a esta miscelánea dulce algún postre de toques caramelizados para terminar de acertar, como un fludge o un alfajor de dulce de leche.
Vrebac (Fuerteventura)
Escaparse a las islas también ha sido una constante desde que no es tan fácil visitar destinos paradisíacos al uso. Fuerteventura, por ejemplo, es hoy uno de los destinos más visitados entre los turistas nacionales, que suelen incluir en su lista de imprescindibles las famosas dunas de Corralejo. El pueblo que da nombre a este municipio es un pequeño enclave de aires surferos, donde se pueden encontrar deliciosas pizzerías y una heladería de lo más sorprendente.
Vrebac Ice Cream es un negocio de creación relativamente reciente, que ha decidido combinar lo mejor de la heladería artesana con un establecimiento de gofres y crepes. En sus heladeras apenas encontraremos unos pocos sabores, pero lo suficientemente bien hechos como para que no haga falta demandar más variedad. Entre sus imprescindibles: el pistacho más clásico, el caramelo salado, la simpleza de la nata o el exotismo del maracuyá. La excusa perfecta para refrescarse después de un largo día de playa en la zona.
Imágenes | Heladerías Linares, Grate & Dellasera, Helados La Perla, Vrebac Ice Cream
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