Es Tendencia - Sostenibilidad
Cuando las bicis urbanas se convirtieron en complemento de moda
Utilizar una bicicleta para movernos por nuestro barrio o por toda la ciudad es una alternativa genial a la movilidad tradicional. Sus beneficios son tan obvios como variados, porque estar en mejor forma física o emitir menos contaminación a la atmósfera no son las únicas razones para usarla. Una también importante, para qué negarlo, es que visten mucho.
Hay muchas formas de comunicar a los demás cómo somos. Algunas de ellas podrían ser utilizar ciertas marcas de tecnología, llevar un determinado corte de pelo o decidirnos por un estilo concreto de tatuaje. Cómo vestimos es una de las más reconocibles, pero ¿se podría considerar la bici urbana como un complemento de moda más? Si has paseado últimamente por un barrio céntrico de una gran ciudad, te habrás dado cuenta de que no hay duda.
Los múltiples beneficios de usar la bici en la ciudad
Cuando pensamos en qué ventajas tiene pedalear, con respecto a usar coches, motos o incluso el transporte urbano, la primera que se nos vendrá a la cabeza es que nos mantiene en forma. Fortalecer los músculos, mejorando en general la salud cardiovascular y nuestro sistema inmunológico, es una consecuencia directa. Ir en bici de manera habitual mantendrá nuestro corazón sano y, ojo, el peso a raya.
El aspecto físico no es el único en el que lo notaremos, desde luego. Que nuestro cuerpo esté en forma tiene también efectos positivos sobre la salud mental. El primero y más importante, debido a la forma de vida actual, es que nos hará sentir mejor y reducirá notablemente nuestro estrés. No solo notaremos una mejora del equilibrio y la coordinación, conectarnos con esas épocas más despreocupadas de infancia y juventud nos hará sacar bonitos recuerdos del armario de la memoria.
Aportaremos además nuestro granito de arena para frenar los efectos del cambio climático al usar menos los motores de combustión y sustituirlos por un modo de transporte totalmente sostenible. Y barato, porque su mantenimiento es sencillo y económico. Por no hablar de que puede reducir la posibilidad de contagio de virus y demás parientes… Así que, ¡olvídate del horror de buscar parking y piensa en tu próxima bici!
Diferentes tipos de bicis urbanas para molarlo todo por el barrio
Seguro que tenemos un grupo de amigos que sale a hacer rutas en bicicleta cada fin de semana. En sus redes sociales alardearán de máquinas imponentes y equipo deportivo de última gama, pero para ir al trabajo o acercarse a la zona de bares de nuestra elección no hace falta un modelo tope de gama. Optar por una bici de carreras o MTB no tendría mucho sentido, a no ser que proyectes un uso combinado, en cuyo caso podrías valorar una de montaña sport.
Habría que haber estado escondido debajo de una piedra para no haberse percatado de la invasión multitudinaria de las fixies, bicicletas de marcha única y estética entre lo deportivo casual y lo vintage. Es innegable que son las que mejor quedarán retratadas en Instagram, pero hay que tener en cuenta que si nuestra ciudad no es tan plana como una holandesa, quizás contar con cierta versatilidad en cuanto a las marchas puede ser de gran ayuda ante posibles cuestas.
Yendo a lo práctico, la opción ideal para la gran mayoría de casos es algún modelo de bici urbana de paseo, las más populares por su versatilidad de uso. No nos ayudarán a conquistar el Tourmalet, pero su comodidad las hacen despuntar entre las demás. Como actualización de los modelos clásicos de paseo, a día de hoy presumen de opciones no solo prácticas, también pintonas, con looks actuales y prestaciones adecuadas a un uso en ciudad como luces, guardabarros, timbres o portabultos.
Que la bici urbana se haya convertido en objeto de deseo por parte de un público mayoritario conlleva ciertas ventajas. Por ejemplo, la multitud de tamaños y formas: puede sernos de gran utilidad un modelo con ruedas más pequeñas y diámetro comedido, o incluso uno plegable, que podamos cargar hasta la oficina o almacenar en cualquier esquina de la casa. Y si la orografía de nuestra ciudad es compleja, las ebikes pueden aportar un empujón muy agradable gracias a sus pequeños motores eléctricos.
Qué me pongo para ir a la moda montando en bici
El bicicletero (semi) profesional o los compañeros de trabajo que presumen de ‘grupeta’ contarán con un armario repleto de prendas técnicas, de colores llamativos para ser vistos en carretera y tejidos altamente transpirables. Pero si lo que queremos es vacilar por el barrio, no fallarás con un pantalón con piernas ajustadas, de tipo skinny, para que no se enganche con la cadena. No valen excusas: los que saben de moda tienen en su altar a un resuelto caballero que viste de traje, monta en bici y porta un elegante bolso cruzado.
En el caso de las chicas convendría olvidarse de faldas largas que puedan enredarse entre los radios y provocar una caída. Se puede lucir genial mientras pedaleamos si nos decantamos por otras opciones como un mono, corto o largo, una elegante falda-pantalón o unos shorts. Incluso podemos llevar una malla ciclista debajo de la falda o reinventar el clásico culotte como prenda de moda. En cualquiera de los casos, usar la bici y vestir ideal es perfectamente compatible siempre que no queramos batir ningún récord de velocidad.
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