Volvemos a vernos, a charlar, a ponernos al día, a hacer realidad aquello de "tenemos que vernos más". Y la ocasión merece un reencuentro a la altura, con un menú y un maridaje cuidados, diferentes y pensados para disfrutar con aquellos a los que más hemos echado de menos.
Por Eva Gracia
“Qué ganas de vernos” ha sido una de las frases más repetidas en todas las videollamadas, conversaciones telefónicas o mensajes que hemos intercambiado durante estas semanas en casa. Conversaciones que, a pesar de estar lejos, nos han hecho sentir cerca. En muchos casos, incluso, nos han reconectado con nuestra familia y amigos; nos han ayudado a hablar más con las personas más importantes de nuestra vida, a tener con ellos conversaciones relevantes, pero también charlas sobre lo sencillo, lo cotidiano, los pequeños placeres que hemos echado de menos.
Ahora, ha llegado el momento de transformar los “qué ganas de vernos” en reencuentros. En charlas cara a cara, comidas en familia y cenas con amigos. Nuestra casa, la que nos ha acogido y nos ha dado paz en momentos convulsos, será ahora testigo de nuestra felicidad al volver a ver a nuestros seres queridos.
Ejercer de anfitrión o anfitriona es todo un arte: pasa por tener en cuenta los gustos y preferencias de los invitados, por hacer que nuestro hogar sea acogedor para todos los asistentes, por ofrecer comodidad. ¿Cómo preparar un reencuentro perfecto? Aprovechando al máximo el espacio disponible, adaptando los menús a los invitados y sus gustos y brindando con un buen maridaje, de la mano de Cervezas Alhambra, por los buenos tiempos, las conversaciones entre amigos y el valor de verse, encontrarse y disfrutar de la mejor compañía, la de esa familia que elegimos.
Un espacio que se adapta a cada cita
Porque no es lo mismo reunir a cuatro amigos que a una docena, el volumen de invitados que llegará a casa casa determinará el modo en que se organice la disposición del comedor. Una cena o comida sentados a la mesa, con un mantel especial (ese bordado a mano por tu abuela que guardas con cariño) y una vajilla formal, será perfecta para reencuentros con pocas personas.
En cambio, si a la cita acuden más invitados, un formato cóctel será la opción ideal. Colocar la mesa principal y auxiliares como zona de bufé dejará mucho espacio libre para que los invitados charlen de pie, elijan, de entre los platos que hemos preparado, aquellas elaboraciones que más les gusten. Es una elección más informal, pero perfecta para favorecer la conversación entre los asistentes.
Si se cuenta con una terraza o balcón, este espacio puede integrarse en la reunión, celebrándola ahí, o reservándolo como zona para los postres o como área destinada a aquellos invitados que prefieran charlar al sol.
Un menú (y maridaje) para cada ocasión
El volumen de invitados y la disposición que se elija para el comedor determinarán el menú que se prepare. Si hablamos de una cena para pocos invitados, pero más formal, podemos optar por pocos platos, pero de elaboración más larga, como un arroz preparado con tiempo, cariño y más tiempo.
Por ejemplo, un arroz de inspiración oriental (incluso un curry de arroz, con leche de coco, verduras y pollo) maridará a la perfección con una Alhambra Barrica de Ron Granadino. Esta bebida sorprenderá a los invitados con su gusto a caramelo, cereal tostado, frutas pasas y vainilla, con su color cobrizo, su ligero amargor y su poso dulce.
Como entrante, se puede apostar por una ensalada ligera, pero original, como esta griega con salsa tzatziki. Es una receta refrescante y perfecta para las noches de verano y para maridar con una Alhambra Especial, una cerveza que nos acompaña en el aperitivo, en los platos más ligeros, en el momento de abrir boca y de preparar el estómago para ese arroz cocinado con mimo, paciencia y toda la atención de la que precisa un plato así.
Si se opta por una cena o comida en formato cóctel, las elaboraciones para compartir serán las grandes triunfadoras. Una tabla de quesos seleccionados con cariño y procedentes de pequeños productores gustará a todos los paladares, especialmente si se incluye un surtido para todos los gustos, con quesos más suaves y otros más fuertes y curados. Una Alhambra Reserva Roja será el contrapunto ideal a esos quesos con personalidad: sus toques afrutados, su densidad y su aroma a manzana verde complementarán el sabor lácteo.
Una pizza con burrata y verduritas de temporada hará disfrutar al cocinero o cocinera tanto como a los comensales. Una receta resultona y sorprendente, apta para vegetarianos y perfecta para maridar con una Alhambra Especial o una Alhambra Reserva 1925, esa cerveza con cuerpo, pero de gusto suave, que eleva cualquier plato a la categoría de delicioso.
¿Qué hay del postre? Una tarta tatin de peras será fácil de compartir o dividir en porciones iguales, además de ser la acompañante perfecta, en el último tramo de una comida o cena, de una Alhambra Reserva 1925.
Para una reunión más formal, un strudel de manzana servido de manera individual será el broche perfecto del menú. Para sorprender a los invitados y a sus paladares, nada como acompañarlo de una Alhambra Baltic Porter, una cerveza que se disfruta lentamente, dejando que sus matices se desplieguen.
Verse de nuevo, ponerse al día, hacer realidad aquello de “tenemos que quedar más”… Los pequeños grandes momentos merecen un menú y maridaje a la altura.
Imágenes | Unsplash - Jez Timms, Lum3n, Annie Spratt, Juli Moreira, Pixabay - fauxels
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