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Alfombras tejidas a mano: el renovado arte del ‘tufting’
Jóvenes artistas como Sara Sedjat están personalizando las alfombras utilizando una técnica milenaria que vuelve a ser tendencia: el 'tufting'. Así, como demuestra su proyecto Velvet Nasij, se crean piezas únicas que además de decorar nuestro hogar integran la herencia andalusí en un arte de, literalmente, andar por casa.
Alfombras coloridas y de un grosor sorprendente, bolsos aterciopelados cuyo tacto asegura el gustito más epidérmico. Elementos del hogar y complementos de moda que cobran nueva vida gracias al ‘tufting’, una técnica que ha pasado de sabias manos artesanas a deleitar a públicos ávidos de nuevas tendencias en Instagram o TikTok.
'Tufting': descubre una técnica textil única
Lo primero será responder a una sencilla pregunta: ¿qué es el ‘tufting’? Hablamos de una técnica habitual en el sector del tapizado, que sirve para crear elementos para nuestro hogar como una alfombra, un cojín o un tapiz, con acabados coloridos y vistosos. Que el ‘tufting’ se ha puesto de moda resultará una obviedad cuando una búsqueda del hashtag ‘tufttok’ supera ya el billón, con b, de impactos.
Una de las claves de su éxito es que resulta muy sencillo conseguir los materiales necesarios para comenzar a dominar la técnica. Esto, unido a que en los últimos años los procesos artesanales, en los que usamos nuestras propias manos y para los cuales aplicamos el tiempo necesario, se han convertido en una gratificante tendencia, ha facilitado su explosión.
Las piezas resultantes de aplicar el ‘tufting’ son especialmente suaves, por lo que aportan a nuestra casa una sensación de calidez. Además, que se puedan finalizar en distintos niveles de textura y profundidad le añade personalidad a cada creación. Y hay un plus para aquellos interesados en el sonido: al aislar espacios con eficacia, aquí se alían artesanía y nuevas tecnologías.
Historia del 'tufting': orígenes y evolución de una técnica milenaria
El origen exacto del ‘tufting’, como tantas otras expresiones milenarias, no está del todo claro. Una de las teorías apunta a que pudo dar comienzo en Turquía, al menos en la forma en la que lo conocemos actualmente, allá por el siglo XIV. Los rastros de la técnica allí se encuentran especialmente en sus famosas alfombras y otras piezas de decoración textil.
En la década de los 50 se comienza a usar también para tapizar sofás o sillones, y en las dos siguientes, aprovechando este nuevo aliento, se da con un elemento clave para quien la quiera aprender en casa: la pistola de ‘tufting’. “Al ser un aparato eléctrico”, apunta Sara Sedjat sobre la 'tufting gun', “agiliza bastante el proceso, sobre todo para rellenar de lana toda la pieza”.
Para esta artista, que reside en Sevilla pero se muestra orgullosa de sus raíces marroquíes, lo más interesante en su aventura Velvet Nasij es que “todo lo demás siga siendo todo puramente artesanal, desde el bobinado de las lanas al recorte de la pieza, su sellado y acabado por detrás”. En definitiva, una versátil técnica que, además de “poder aplicarse a una amplia gama de proyectos”, supone también “una combinación única de tradición y modernidad”.
'Tufting' como expresión artística: creando obras de arte con hilos y texturas
El ‘tufting’ ha convencido a muchas personalidades creativas como imaginativo medio de expresión. En el caso de Sedjat, DJ responsable de contagiosas sesiones de música electrónica, el flechazo llegó por su versatilidad y accesibilidad: funciona estupendamente “en mobiliario y objetos del hogar, encajando a la perfección con sillas, superficies, espejos o cojines”, pero aplicado a la moda “también puede aportar algo único”.
Que facilite el hecho de crear piezas originales y de gran tamaño, combinando colores, texturas y patrones distintos, ha hecho que sean infinitas las posibilidades. Con ejemplos que van de Clotilde Puy (París) a Macarena Luzi (Los Ángeles) y de Twee Muizen (Barcelona) a Hola Carpet (Valencia), que la técnica artesanal del ‘tufting’ se puede imbricar a la perfección con el arte contemporáneo resulta una colorida obviedad.
Crear tejiendo e hilando puede ser, además, una excepcional forma de terapia, con muchos beneficios para nuestra salud mental. Y es que el ‘tufting’ como arteterapia creativa nos ayudará sin duda a aliviar un poco el estrés en el día a día, aumentando nuestra autoconsciencia y mejorando habilidades psicológicas, saludables y efectivas, de afrontamiento.
Cómo iniciarse en el arte del 'tufting'
Sedjat concede que el proceso puede ser por momentos “algo tedioso y muy físico, con muchos pequeños pasos”, pero la paciencia que exige esta elaboración pulcra se traduce en “mucha satisfacción”. Y aunque se defina como una persona “muy autocrítica, que siempre busca mejorar”, al ver que la pieza terminada responde a sus expectativas “todas las horas de trabajo se ven recompensadas”.
Si nos decidimos a probar la técnica, los materiales necesarios para iniciarse en el ‘tufting’ son sencillos de encontrar. Lo primero será hacernos con una pistola y un bastidor, que podemos confeccionar a medida si somos manitas. La base será una tela de mechón primario, a la que iremos añadiendo lanas, mejor si son naturales. Un adhesivo como el que se usa en las alfombras y unas buenas tijeras o máquina de esquilar completarán el set.
Una pautas básicas antes de lanzarnos, recomendadas por Sara, son que “el diseño tiene que estar adaptado a la técnica”, en el sentido de que “hay que situar bien su tamaño y forma general”. El siguiente paso sería “buscar los tonos y la realización del relleno con lana, sellarla con su pegamento especial y recortarla”. Y, por encima de todo, “cuidar para que luzca un buen acabado, tanto en los bordes como en la superficie general de la pieza”.
Imágenes: Sara Sedjat para Velvet Nasij.
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