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Cádiz: tacita de plata, urbe milenaria

Es bien conocida por su historia, ya que hablamos de la ciudad más antigua de Occidente y la que más al sur se ubica. También por los carnavales, con esas chirigotas que cuentan con permiso para reírse de cualquier cosa. Y por supuesto por un ambiente inigualable, donde se alían un clima benigno, unas gentes acogedoras y una gastronomía de excepción. La ‘tacita de plata’, un destino imperdible.

Por Pablo Vinuesa

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Ilustrado por Marta Mesón

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Su fundación se traza allá por el 1.100 a.C., cuando los fenicios abrieron unas rutas marítimas hasta la entonces Gadir, que luego transitarían cartagineses, romanos, visigodos y musulmanes. Diferentes culturas que dejaron su poso en una ciudad con magia, diversa y risueña, que disfruta como pocas de unos días frente al mar que son puro delirio. Acompáñanos en este paseo por una urbe milenaria.

Cádiz: la ciudad de los atardeceres mágicos

Es probable que si hacemos una búsqueda de Cádiz en nuestra red social favorita muchas de las fotos sean del atardecer en La Caleta. Esta playa, la más simbólica de la ciudad, está flanqueada por dos castillos defensivos y constituye una de las imágenes más representativas de la urbe. Ver caer plácidamente el sol desde el Bar Quilla, mientras degustamos nuestras Cervezas Alhambra favoritas, es sin duda un momento mágico.

Los alrededores son igualmente icónicos. Dando un paseo por la zona siguiendo la línea de costa cruzaríamos por el parque Genovés y llegaríamos hasta el Baluarte de la Candelaria y la Alameda Apodaca.Y si bajamos hacia el centro pasaremos por delante del Gran Teatro Falla, que alterna programación escénica con uno de los momentos clave para la ciudad: el concurso de agrupaciones del Carnaval (COAC).

Continuando en diagonal encontraremos más lugares de visita obligada como la Torre Tavira, uno de los muchos miradores de la ciudad, cuya cámara oscura permite ver todo el centro histórico. Y luego destaca la combinación de la Plaza de las Flores, una de las más bonitas de Cádiz, con su Mercado Central de Abastos, que tras una espectacular reforma se ha transformado en escaparate gourmet: no te pierdas en sus puestos los ostiones y los chicharrones.

Unos platos sugerentes en los que el sabor del mar es protagonista

Es inabarcable listar todos los sitios recomendables para beber y comer en Cádiz. Y es que por el centro histórico las opciones son casi infinitas, tanto si nos gustan guisos tradicionales como los de La Tabernita, en el popular barrio de La Viña, como si preferimos un ambiente de bodega invariable con el tiempo, con La Manzanilla, en plena calle Feduchy, entre los preferidos por el público local.

Esa zona, El Pópulo, es de las más concurridas de Cádiz, y con razón. Está considerado como el barrio medieval más antiguo de Europa y alberga monumentos tan impresionantes como el Teatro Romano, pasajes tan románticos como el Callejón del Duende y lugares de planta tan rotunda como la de la Catedral, de estilos barroco y neoclásico.

Se puede comer bien y para todos los gustos. Por ejemplo en Casa Lazo, clásico de los alrededores de la calle Barrié, junto a la Plaza del Palillero. Y qué se puede decir de Código de Barra, flamante Estrella Michelin que propone un repaso histórico a las recetas de la ciudad. Nada mejor para terminar que tomar el postre en el Café Royalty, fundado en 1912, un lugar de estilo romántico.

Sí, hay vida gaditana fuera de ‘Cádiz-Cádiz’

Una de las conocidas calles que salen del Pópulo, Plocia, acoge otro de los restaurantes clásicos del centro y especialista en arroces, El Aljibe. Y a solo unos minutos nos encontraremos la que fuera muralla de entrada a la ciudad, las Puertas de Tierra, que sirven como barrera psicológica a los locales para definir lo que queda dentro del casco histórico, conocido como “Cadi-Cadi”, y lo que transcurre al otro lado, apodado “Puertatierra” (importante pronunciarlo todo junto) o “extramuros”.

Ojo: hay mucho Cádiz al otro lado y además se puede disfrutar cómodamente, esquivando la temida gentrificación. De hecho, una de las postales más bonitas, después del atardecer en La Caleta, es la perspectiva de la Catedral desde las arenas de la playa de Santa María del Mar. Además, para los aficionados al fútbol hay parada obligatoria en el Nueva Mirandilla, estadio anteriormente conocido como ‘El Carranza’ y hogar del Cádiz F.C.

Otro planazo sería cabalgar olas en las playas de La Victoria, en cuyo paseo marítimo hay escuelas de surf, o de Cortadura, frente al Baluarte de Santa María. Si continuáramos caminando por sus arenas llegaríamos hasta San Fernando, ‘La Isla’ de Camarón. Pero para recordarle lo mejor sería coger “El Rápido”, como se conoce al barco sucesor del mítico Vaporcito que conducía hasta El Puerto de Santa María, mientras escuchamos las famosas alegrías del legendario cantaor, “Bahía de Cádiz”.

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