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Turismo slow: 4 destinos para viajar sin prisa
Ante la necesidad que algunas personas sienten de visitar mil sitios cuando viajan, actualmente se está imponiendo la preferencia por un turismo lento, que paladea los lugares, profundiza en la experiencia y no se preocupa por lograr una foto en el lugar de moda.
Siguiendo la tendencia del turismo slow seleccionamos algunos destinos en España donde poner en práctica esa otra forma de conocer nuevos destinos, dejando el FOMO a un lado y disfrutando sin prisa cada instante, cada rincón, cada brindis con Cervezas Alhambra.
¿Qué es el turismo slow?
Uno que reivindica el verdadero sentido de los viajes y el ocio: el descanso, el disfrute de lo que te rodea y la desconexión de todo lo que no sea el momento presente, sin la prisa de lo que se supone que debes hacer, ver o visitar.
Por eso, el turismo slow está calando cada vez más con su propuesta: deja el móvil, deja la foto y la necesidad de hacerlo todo. Levanta la vista, presta atención a lo que te rodea y sumérgete en ello.
Los beneficios del turismo slow
El primero y más importante es el de curarnos de la urgencia que nos persigue a todas partes. No hay prisa por ver mil monumentos, ni llenar la agenda de actividades, solo una obligación: centrarnos en lo que hacemos como si no hubiera nada más importante, porque no lo hay.
Pero no solo eso, la mayoría de iniciativas y entornos ideales para el turismo slow también son una forma de cuidar la naturaleza y lo que nos rodea. En este sentido, la mayoría de propuestas ofrecen un turismo sostenible y respetuoso. Con ellas, se preserva el medioambiente y se protegen los lugares y el patrimonio de los daños producidos por la explotación masiva.
Destinos slow en España
Si te tienta esta filosofía, te recomendamos algunos de los mejores destinos slow de España, con opciones para todos los gustos. De hecho, la primera propuesta te hará parar y regresar a tiempos más antiguos, más sencillos.
Casas en el árbol para volver a la esencia
Un día, bajamos de los árboles para subirnos al metro, a los horarios, las prisas y los atascos. Por eso, te proponemos realizar el viaje de vuelta y que el tiempo se pare allá arriba, mientras todos corren allá abajo.
Te animamos a cambiar la rutina unos días para disfrutar en las muchas casas en árboles que hay en España, mientras te tomas una Cerveza Alhambra bien fresca entre el ir y venir de los pájaros en las ramas y los rayos de sol a través de las hojas.
Como no podía ser de otra forma, te vamos a recomendar Alhambra Barrica de Ron Granadino, creada lenta para ser degustada lenta, el acompañamiento perfecto para el turismo slow.
Entre las opciones de esta propuesta, nos encantan las vizcaínas Zuhaitz-etxeak ("Casas del árbol" en vasco), pero hay alternativas en muchos lugares, como las madrileñas en Monte Holiday o las Cabanes als arbres de Girona.
Las Cuevas de Bárdenas
En la misma línea de no detener solamente el tiempo sino lograr que vaya hacia atrás te proponemos que, en lugar de dormir y vivir en los árboles, lo hagas en una cueva.
Eso atraerá los ecos de nuestros antepasados, cuando sus días pasaban despacio alejados de las mil distracciones sin sentido, en pleno contacto con la naturaleza y lo real.
Las Cuevas de Bárdenas en Navarra son una opción fenomenal para sentir el tacto y el refugio de la piedra y la tierra. Ellas no entienden de algoritmos o prisas y tienes muchas opciones para olvidarte del despertador.
Desde las cercanas piscinas de verano de Valtierra, hasta el centro termolúdico spa o las degustaciones de los manjares y caldos de la tierra, volverás reseteado.
Y si quieres moverte un poco, senderismo, BTT o excursión 4x4 por el desierto de las Bárdenas Reales también te están esperando.
Monasterios, los OG del slow
Sin duda, los Original Gangsters de la vida slow han sido frailes y monjes, cuyas jornadas discurren al ritmo pausado de las campanas, el canto del gallo y la puesta de sol.
Dedicados a la contemplación, el rezo, sus huertos y, en algunos casos, a la elaboración de cerveza, siempre han sabido que la mejor manera de vivir es despacio.
Si te suena bien, puedes vivir igual que ellos, haciendo turismo slow en algunos de los monasterios que hospedan a refugiados de la prisa. Allí podrás perderte para encontrarte, entre los jardines de sus claustros o la naturaleza que les rodea.
Para los que quieran disfrutar de este tipo de turismo sin renunciar a todas las comodidades está el Hotel Real Monasterio de San Zoilo, espectacular alojamiento que conserva su sabor original.
Sin embargo, si queremos apostar por lo slow de verdad, por probar un poco de esa vida sencilla y monástica dos buenos refugios son el Monasterio de Poio, rodeado de puro verde en Pontevedra, o el de Santa María de la Huerta en Soria.
Lago de Santa Fé, Barcelona
Todo el mundo conoce los compases de Sittin on the Dock of the Bay de Otis Redding. Un himno slow en el que estás sentado al borde de la bahía, viendo marchar al tiempo, sin una preocupación en el mundo.
En este caso te proponemos algo al ritmo de esa canción, que mojes los pies en el Lago de Santa Fé, en Barcelona, mientras silbas los acordes y respiras hondo sin reloj. Inmerso en el parque natural del Montseny, puedes darle esquinazo al tiempo paseando entre los bosques de hayas y descansando al borde del agua.
La zona cuenta con parajes espectaculares. De hecho, te recomendamos el otoño para una experiencia aún más increíble y desconectada del ruido y la multitud. Los colores de la arboleda son espectaculares en esa época y te trasladarán a un lugar a salvo del ruido y la prisa.
¿Quién sabe? Puede que hasta te relajes encontrando setas frescas que disfrutar después con una buena Alhambra Especial, ideal para combinar con el sabor a tierra y naturaleza.
Como ves, no faltan opciones para parar de verdad con el turismo slow, respirar hondo y desconectar de una manera tradicional que la vorágine del día a día nos ha llevado a olvidar.
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