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Por María José Amengual
Pocas cosas hay más agradables para nuestro paladar que el sabor de una patata asada a fuego lento, un alimento humilde que encierra en su interior el valor por las cosas hechas con calma y que se disfrutan en la mejor compañía, dejando momentos imborrables en nuestra memoria.
De la misma forma, pausada y sin prisa, los maestros cerveceros de Cervezas Alhambra elaboran, con los mejores ingredientes, una variedad sin pretensiones, pero única y de un característico sabor como Alhambra Lager Singular. Una cerveza especial de fermentación lenta que combina a la perfección con esta sencilla (e infalible) receta de patatas asadas.
Tanto si escogemos servir estas patatas como aperitivo como para acompañar un plato de carne asada o a la brasa, tenemos el éxito asegurado. Como siempre, es primordial escoger los mejores ingredientes, por lo que deberemos elegir una buena variedad de patata. Para aligerar un poco el resultado, podemos sustituir la crème fraîche por yogur natural batido.
1 hora
Muy fácil
Las patatas asadas al horno quedan en su punto de cocción, muy tiernas por dentro y doradas por fuera, con el aroma de las hierbas que hayamos escogido para espolvorearlas. Su textura es ideal para acompañar con una Alhambra Lager Singular, una cerveza inspirada en recetas clásicas de estilo checo y que, con sus matices que se desvelan de forma sutil, nos transmite también la magia de La Alhambra de Granada, ciudad de origen de la casa cervecera.
En la elaboración de esta variedad se sigue un cuidado proceso para obtener una cerveza lager ligera, equilibrada y de amargor suave que se traduce en un sabor único. Porque solo dedicando el tiempo a cada paso del proceso necesario se consigue una cerveza tan singular que nos permitirá acompañar y saborear en su esplendor una elaboración tan sencilla y sabrosa como las patatas asadas.
Las patatas fueron introducidas por los exploradores de las Américas a finales del siglo XVI. Para Europa fue un producto importante para eliminar las hambrunas de la época, pero tuvieron que pasar dos siglos hasta que su consumo se normalizase gracias a Antoine-Augustin Parmentier, agrónomo y naturista, que extendió por toda Europa la costumbre de usarla como alimento. Desde entonces, este producto tan presente en nuestra lista de la compra tuvo una importancia cada vez mayor en nuestra base alimentaria.
Las patatas asadas son uno de los platos más sencillos y sabrosos que se pueden preparar en el horno. Las mejores patatas para hornear son las “harinosas”, normalmente, de piel amarillenta y gruesa y de textura seca, ya que contienen menos humedad. Algunas de las variedades más comunes son la Russet, la Bintje, la King Edward y la Maris Piper.
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