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Por María José Amengual
Cuando se acercan las fiestas navideñas solemos agradecer recetas fáciles de preparar y que sean resultonas para conseguir sorprender a nuestros comensales, pero no es necesario esperar a estas fechas para llevar a nuestra mesa una elaboración que conquiste y podamos disfrutar sin prisa.
Estos volovanes son idóneos para alcanzar este objetivo y su preparación, además de sencilla, admite un sinfín de variaciones en cuanto a los ingredientes utilizados para adecuarnos a los gustos de todos. Los volovanes pueden prepararse fácilmente en casa utilizando un hojaldre de calidad, pero si preferimos delegar este paso, podemos encargarlos en cualquier pastelería de nuestra localidad.
Reunir a nuestros familiares o amigos alrededor de una comida especial es la mejor excusa para crear momentos inolvidables que perduren en la memoria de todos, y empezar con un entrante sabroso y de alma clásica, como este volován de merluza, es un perfecto preludio.
Cualquier receta ante la que nos encontremos necesita de un maridaje que esté a su altura y que consiga estimular nuestro cerebro para que genere emociones placenteras. La MINI de Alhambra Reserva 1925, un nuevo formato para el icono de Cerveza Alhambra, que mantiene su icónica botella, su color ámbar intenso y su esencia burbujeante, será una estupenda compañera para este aperitivo.
Esta cerveza, en una nueva versión de 22,5 cl, es perfecta para abrir boca antes de una comida en familia o con amigos. Para brindar por los instantes que marcan la diferencia. Porque ningún momento es pequeño, como se ocupa de recordarnos la MINI de Alhambra Reserva 1925.
El volován es una masa de hojaldre que se recorta en anillas y estas se apilan sobre una base circular. Es una creación de Marie-Antoine Carême, un chef francés que vivió entre los siglos XVIII y XIX y que es considerado como uno de los padres de la alta cocina francesa. Apodado "el rey de los chefs y el chef de los reyes", fue uno de los primeros cocineros que alcanzó fama internacional.
En una ocasión, Carême quiso rellenar una masa de hojaldre después de hornearla. Cuando esta se encontraba en el horno, creció hasta formar una pequeña torre ahuecada. Uno de sus cocineros ayudantes, al verla, le llamó la atención y le dijo al chef: «Antoine, elle vole au vent!», es decir, "sale volando". A Carême le gustó tanto que decidió bautizar con ese nombre a su nueva creación.
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